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El silencio


se podía definir como "ausencia de ruido" pero, esta definición se queda en un plano muy físico y, por ello algo corto en mi modesta opinión. Hablemos pues de un SILENCIO, así, con mayúsculas, más profundo, más serio más integro y, sobre todo mucho más sincero. 
El silencio es lo que se podría definir como el estado de la Vacuidad, del vacío, de la no presencia d enada diferente a lo que en esencia somos. Así, cuando uno entra en oración, o en meditación, según el credo de cada cual, uno se dispone, primero a enfrentarse a su mente, después a sus miedos y cuando todos estos cesan en su particular guerra mediática por el control y el poder de nuestra situación, a partir de ahí surge un estado nuevo, no mejor ni peor, sencillamente diferente, por que lo bueno y lo malo no son sino productos de la mente limitada y "cortita".  Al existir un estado de silencio, de "Nada de nada" sencillamente ahí estás tú contigo, con la única personas con la que estás dichosamente condenada a vivir hasta tu última espiración y aliento de vida. Ahí encuentras tu dicha, tu felicidad y, alfgunos dicen encontrar a Dios, que no es alguien grandioso y enorme por su dimensión ostentosa de fuerza y poder sino que, sencillamente estaba ahí esperando que dejarás de meter cosas en tu mente y sentimientos en tu corazón para verlo a él, ahí sin decir nada, como se manifiestan todo slo sgrandes maestros de la vida, en su centro y su equilibrio.
Cuando uno está en "silencio", sencillamente no hay respuestas, porque no hay preguntas, no hay tiempo porque no hay prisa, ni hay espacio pues no hay lugar a donde ir ya que, en el silencio estas en todas partes, y en todo tiempo, seguramente tut-an-kamón, famoso emperador-faraón egipcio, el Papa, Gandhi o el mismísimo Cantinflas, cuando entraban en la dimensión del "silencio espiritual" entraban en el mismo sitio y en el mismo  momento, luego estamos en todas partes en todo tiempo ¿dónde y cuando quieres estar pues? lo demás son ilusiones de la mente que todos tenemos hiperdesarrollada y a la que sobrevaloramos en muchas ocasiones.
Silencio tiene un origen muy similar a otro término muy relacionado: Soltar. cuando se está en esa dimensión de silencio interior lo único qu ehemos hecho es soltar todo cuando no somos nosotros y quedamos en plena vacuidad que es lo que sí somos en realidad. Dogën, Maestro Zen y uno d elos creadores del linaje Soto Zen, decía en una mano cerrada cabe un poco de aire, en una mano abierta el universo pasa por entre los dedos, así pues, abre y suelta pues, aunque nos creamos apegos y odios, la mente funciona mejor cuanto más abierta está -decía el Dalai Lama -. y para eso hay que respirar, soltar y entrar en el silencio no solo del cuerpo sino de la mente y finalmente, del espíritu.
Es trabajo duro, de resistencia sin resistir, de lucha sin pelear, de sedación desde el amor y la compasión, Cuanta más compasión menos vanidad y en consecuencia más encuentro contigo mismo, esa es la magia del silencio en la oración y la meditación. Sentir silencio y soltar. Mágico pero real, ilusionismo, en absoluto, tal vez lo que hay fuera de ese estado sí sea precisamente ilusionismo y sin embargo a eso le hemos dado en llamar "la realidad".
Venimos del silencio de la no consciencia al ruido del consciente y de éste nos iremos nuevamente a un estado de silencio consciente. Se dice que el universo nació del silencio más profundo a partir d eun único sonido que generó vibración y con ella vida. Así pues toda energía tiene la capacidad de ser fluctuante, vibracioanl y todo lo qu evibra emite un sonido; pero, entre sonido y sonido, por muchos y muy precipitados que sean, siempre hay un décima un instante si quiera cuando coges aire qu ehay silencio. No se puede vivir sin silencio, es la esencia de la vida, cuando respira verdaderamente nuestro cuerpo y nuestra mente lógica y deductiva. El silencio absoluto noes fácilmente soportable ya qu es ehan hecho experimentados con gatos en salas de silencio absoluto y culminaron en locura, se h aexperimentado en salas de sonido cero y se ha descubierto qu ese oyen los fluidos corporales y finalmente los nervios, así pues el silencio total fisiológicamente es dificilmente evitable, pero el mental y el espiritual sencillamente se trabaja desde la intención que el individuo tiene para entrar en ese estado donde el ego cae en pica, los deseos se olvidan y los odios se permutan en pura compasión hacia uno mismo y los demás. No hay vanidad pues es un producto del super-ego, si no hay ego superego tampoco luego la vanidad carece de estructura. No hay resentimientos, ni violaciones, ni momentos violentos fuera de uno mismo pues el trabajo es de uno para consigo mismo y, tal vez por ello es un trabajo de "minorías", más si cabe en una sociedad donde el edonismo, la concupiscencia y los placeres mentales nos desbordan a razón de 1 por 1.000 en cada centímetro cuadrado de superficie. Es "tener más para sentirte mejor" ¿Resultado? aumento de suicidios, mejora d elos laboratorios farmacéuticos qu eexpenden antidepresivos, relajantes, distensores, etc... aumento en diagnósticos depresivos complsivos... creo que esa no es una solución muy inteligente para una socieda dmedia con un coeficient inteligencia elevado, pero sí es el que hoy por hoy tenemos en esta sociedad, así pues... Cada uno sabe cual es su papel en este momento en su vida ¿o no?
Respirar y trabajar, desde el silencio, desde el "no hacer" y ver "qué pasa cuando no pasa nada". Porque, como Decía Ortega y Gasset "lo que nos pasa es que no sabemos que nos pasa y por eso nos pasa lo que nos pasa". Conclusión sentarse, sentirse y soltar, entrando en el silencio de la más pura vacuidad y ahí... sencillamente disfrutar que es de lo que se trata. Es, en suma "ATREVERTE A SER FELIZ" 
¿Te atreves?

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