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los tres jinetes

Cuando la debilidad mental aparece, la fortaleza emocional se reaviva como renace un fuego de sus propias cenizas cual ave fénix. Así, cuando uno siente y percibe con sus propios sentidos, incluido en sentido común, que algo no responde a tenor de lo esperado, la maquinaria emocional, sensorial y universal comienza a e granarse en sus piñones como lo hacen las ruedas del mecanismo de un reloj suizo… fino, delicado pero, al mismo tiempo inexorable al paso del tiempo.

Así, poco a poco la mente no cede terreno y la inconsciencia nos va mostrando las tentaciones propias de cada uno y que, aun cuando resulte difusas o extrañas de uno para con otro casi siempre están encabezadas por “los tres Jinetes”.

Mas, ¿Quiénes son aquellos que llamo yo lo stres jinetes? ¿Alguna relación con los que fueran los cuatro jinetes epigrafiados en el Apocalipsis? Tal vez peor pues, en los referidos por Juan, pudieran estar ajenos a nosotros mismo y por ello quizás podían ser vencidos, mas ahora, estos tres se encuentran en nosotros, es más son parte de nosotros. Me refiero al “quiero”, “puedo”, y sobre todo “debo”.

Esta es una lucha sin cuartel cuando la encrucijada de la vida te pone a prueba y te ves con un acantilado a un extremo y el enemigo acercándose peligrosamente por el oro. Las susceptibilidades entre qué quiero, qué puedo y ante todo eso qué debo hacer para no errar el tiro… pues en la cultura del budismo ZEN y del kyudo, un milímetro de error en la salida de la flecha pueden ser varios metros de separación con relación a la diana.

Así las cosas, todo el mundo tiene muy claro qué quiere pero, al ser consciente d elo que quiere también lo es, muy a su pesar que esa realidad que andaba vagando en el inconsciente hoy no es posible tal cual la quiere por cuanto el deseo es antiguo y la situación actual, real o no, es más limitada, con lo cual… si imponemos el quiero, el deseo hedonista y egóico del yo, hundimos y destrozamos todo cuanto haya sido creado que perturbe esta idea con toda ssus consecuencias, las buenas y las malas. Con lo cual hay que ser consciente del “puedo” ya que este te va a determinar cuanto”quiro” puede cabalgar libre por el campo de las ilusiones. Muchas veces, cuando uno llega a determinada situación social, personal y económica, dar un paso adelante en determinadas ocasiones significa renunciar al bienestar económico, social, o personal del momento y el placer egoísta del bienestar frena ostensiblemente las necesidades de crecimiento de no pocas personas.

Con esta situación, expuesto que el querer siempre es limitado en función de lo que puedo y no tanto de lo que quiero podía llegarse a que…


“ Quiero – puedo =debo”

lo cual nos leva a ver el deber como una represión cuando en realidad no es sino la manifestación resultante de las otras do. El deber no es una obligación también es posible saltárselo y no ser consecuente con ello por imponer lo que quiero o por no hacer lo que quiero y asegurarme lo que sí puedo y no más. Pero todo ello,, que en principio nos dará una cierta sensación de estatismo… se desmoronará en cuanto la dinámica de la vida comienza a fluir como se desmorona un alambique en el rio cuando viene una riada fuerte… La vida es inexorable y no admite tonterías ni niñeces por ello hay que tomar la consciencia de dónde estamos y que podemos hacer de todo cuanto queríamos y a por ello desde el deber de hacerlo por el mayor bien, no por el personal, como ego individual, sino desde la pluralidad cósmica universal que todos en esencia somos, pues no en vano, se ha demostrado desde Einstein y la nueva física, que todo lo que denominamos sólido en realidad no es sino una ilusión de la mente y que de solidez… no hay nada de nada, lo único pétreo y pertinaz es la propia mente humana que también interfiere de unos seres a otros en función de su propio “quiero” de su propio “puedo”, llamémosle poder, y de un deber cumplido tal vez por mandamiento de otro que no es su quiero ni su puedo… con lo cual no es suyo y ello confiere un problema no personal, sino de entorno social pues es ya otro “quiero” y otro “puedo” los que interactuan contigo…

Sea pues, aquél jinete que dominare estas tres monturas, no solo será un buen caballista, será mejor persona y un ser digno de ser admirado e imitado


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